lunes, 9 de abril de 2007

Karma


Siempre quise creer que las cosas mejorarían, producto de mi paciencia, y todos los años que he esperado, finalmente todo mejoraría. Como una recompensa a todo lo mal que lo he pasado en mi matrimonio.


Siempre creí que hablando, siendo clara en lo que necesitaba las cosas se arreglarían, quizás pensando que yo tenía la razón. ¿Que tal si la errada siempre haya sido yo?


Si hoy escribo aquí es porque ya se que nadie, absolutamente nadie lee esto, y es esta soledad (Alone) creyendo que estoy con alguien, creyendo que converso con un amigo, un confesor, es que me entrego, y regalo mi más profundo pesar.


Hace muchos años recibí un regalo, un libro "Todo esta en ti", en el aprendí a luchar, a superar la adversidad, que era dueña de mi propio destino. Los libros no siempre tienen la razón.

Quiero escribir desde mi corazón, aunque mis palabras sean incoherentes, no importa, este espacio es mío, aquí no viene nadie, como a mi casa.

Creo que una parte de mi vida esta perdida. Tengo certezas, soy madre, y hoy por hoy me debo a ellas, por ende a preocuparme de su salud, la casa, sus tareas, educarlas, ellas son mi vida, aunque me alteran, quizás porque me doy cuenta que no me quieren escuchar, pero más de algo logro, es cuestión de tiempo. No quiero decir que el tiempo me dará la razón, pero será este el que les de la experiencia para tomar las mejores decisiones, y cuando lo hagan, sin duda pensaran en mi. No quiero que sufran este tormento de no poder realizarse.

Estoy perdida. Me cuesta vivir, cada día quiero volver a empezar, pero me refugio en la TV., “pollo en conserva”, me río un rato, medito otro, son un grupo que me acompaña, termina y sigo con cualquier programa de farándula, superfluo, cero entrega, pero lo escucho sin oírlo, es esa luz de la TV., y el sonido que me acompañan, me lleno del puzzle del día, es un desafío y que decir del sudoku, me siento muy bien de lograrlo. Y pienso, después de esto comienzo a hacer las labores domésticas, que no son pesadas, no son molestas, pero a veces me fastidian, pero cuando lo logro, me llenan de satisfacción, me gusta ver mi casa limpia, ordenada, los detalles que encantan, todo en su lugar, es tener el control. Pero comenzar es lo difícil, tengo tanto que planchar, que lavar, aspirar, hacer camas, se que puedo lograrlo, pero caigo en este pesar, esta pena y me refugio en el computador, a veces en el Messenger, si encuentro con quien hablar, si fastidio a alguien por el MSN por camote, navego por paginas hot, llenando ese vacío que me inunda cada noche, llevo tantos años pidiendo sexo, que suena un cuento de no creerse, y mi cuerpo lo pedía a gritos, necesitaba ser conquistada, conquistar, desear, que me deseen, tocar, que me toquen, besar y en cada beso entregar mi alma, mi respirar, mi amor contenido, mis ganas de sentir, tantas cosas que se me negaron en el matrimonio. Años pidiendo, creyéndome culpable por gorda, culpable por ser flaca, al punto de la anorexia, lo poco que comía lo vomitaba o lo eliminaba con laxantes, ni el agua soportaba, estuve mal, pero no lo notaron, yo decía me cayó mal algo, y creían, porque no había preocupación por mi. Pero una noche, una extraña noche mi marido en una incursión, dijo “Me gusta ese huesito”, estaba en los huesos, y le gustaba, pero las noches siguientes no volvió a tocar ese huesito, ni nunca más y ese huesito y todo mi yo se lleno de grasa, me volqué a la comida y el sedentarismo y engorde, ya no me toco más, y hoy después de 15 años el quiere reconstruir la vida marital, reconstruir… que si nunca hubo nada ( lo que hubo fue tan poco pero alcanzo para tener prole), Lo permití, por necesidad, pero me encontré con algo que nunca imaginé. El siempre fue sano, potente, un miembro viril, imponente, solo que no me deseaba (emocionalmente) y hoy no me desea (físicamente) estoy destrozada, una macabra historia, lo enfrento, le hago reconocer su verdad, pero me culpó, él no puede y la culpa la tengo yo, es insólito, soy una mierda de mujer, inservible.

Por gorda, por flaca, por floja, por caliente, por enojona, por enferma, por lo que sea, la culpa es mía y creo que no es justo.

Curiosamente hago chistes, para distender el clima, pobrecito, para que no se sienta mal, pero lo tapo a tallas por su impotencia mental y física.

Es mi karma.

Estoy reventada.